Hoy les traemos en exclusiva la entrevista de Marisa, criadora propietaria de Santitisi especializada en la
raza del Bichón Maltés.
Marisa es considerada en España como una de las mejores criadoras de Bichón Maltés.
Las preguntas de nuestro equipo están marcadas en negrita y las respuestas de Marisa están escritas con letra corriente.
1-Marisa, queremos empezar la entrevista felicitándote por todo el trabajo realizado para colocar a la raza del Bichón Maltés en España y en el mundo, ¿Cómo se siente sabiendo que es una de los mejores criadoras?
Este aspecto de la crianza, en cuanto a sentimiento, no es algo con lo que se vive. La felicidad que viene del reconocimiento y del glamour es una emoción intensa muy relacionada con el ego y el
orgullo, pero es momentánea y no tiene consistencia.
Eso sí, lo que se vive, como si fuera una segunda piel, es un fuerte sentimiento de anhelo por la mejora y consolidación de los valores característicos de la raza. El sentimiento que alimenta la
vida diaria de la crianza es un sentimiento que se nutre por amor a un arquetipo, a un paradigma de belleza física y psíquica en el animal.
2-¿Ha cumplido todos sus objetivos como criadora o aún tiene alguno que desee completar?
Los objetivos son siempre una realidad presente, se han cumplido en la medida que seguimos con ellos. De nada sirve el pasado si ese gran ejemplar no está en el presente. Los objetivos no comienzan y finalizan Son un proceso continuo. Un “continuum” de perfección y aspiración por consolidar una armonía estética y un elevado carácter.
Yo cumplo lo más importante de mis objetivos cada vez que un perro mío (significa únicamente que ha nacido en mis manos y por mi propia voluntad), con su temperamento completo y equilibrado, ha cambiado la vida de una persona.
La ha mejorado o completado y cada vez que la observación inteligente de su elegancia y distinción ha elevado la percepción humana de la belleza.
Esto es, como criadora de la raza que busca la excelencia, los dos objetivos más importantes y estoy satisfecha con la generosidad que cubre mi crianza. Así mismo con la disposición que la sociedad muestra para aprender y mejorar.
3-Sus perros son preciosos, ¿cómo ha conseguido esa homogeneidad en todas sus camadas?
Mi homogeneidad es flexible y permite nobles diferencias. No obstante mi propósito no es la homogeneidad entendida convencionalmente como “similitud de tipo de perro”.
Yo no busco criar el mismo carácter y la misma belleza en mis ejemplares. He optado por criar la excelencia de carácter con una gran amplitud de expresión de valores. Me gusta tanto el perro tierno, delicado e íntimo como el perro expresivo, vital y filantrópico.
De la misma manera, que busco criar la belleza más exquisita, suave armonía y elegancia en un ejemplar con una gran amplitud en su tipo concreto.Creo que la armonía, la belleza física y psíquica es algo totalmente objetivo , real y podemos hablar de ello.
Es decir, la belleza no es subjetiva. No depende de la opinión, del gusto o de la moda. Pero
considero, igualmente, que esta belleza permite formas diferentes de expresión. La perfección y armonía pueden estar en ejemplares muy diferentes siempre y cuando sean fieles al arquetipo de la raza.
4-¿Tiene algún ejemplar que sea su preferido?
Es parte de la condición humana tener preferencia y optar por aquello con lo que más sintonizamos. Lo contrario sería una vida sin sabor ni relieve. Porque somos seres inteligentes podemos elegir. La clave moral y ética no está en el acto de preferir. Está en los criterios con los que se escoge.
A pesar de ser una criadora de “perro de belleza” el criterio con el que establezco mi preferencia con un perro no es un criterio técnico y mental que busca bondades exclusivamente físicas.
Lejos de ello, mi preferencia está seducida por criterios intuitivos y experimentales. El perro es un ser vivo y como tal una experiencia vital. Una experiencia que contiene belleza pero también una experiencia que transmite unos valores morales y naturales, que no dejan de ser otra clase de estética, la belleza interior.
Ese conjunto de experiencia que, como imán, me une en sintonía a un perro hace que unos ejemplares tengan en mí una fuerza de atracción mayor que otros.
5- Marisa, ¿podría describir cómo empezó en el fascinante mundo de la cría canina?
Comencé mi andadura criando, durante un breve periodo de aproximadamente cinco meses, para otro afijo canino de bichón maltés. Entrar en contacto con de lo hoy se entiende comúnmente
como “criadero canino” fue una experiencia traumática y angustiosa.
Esta forma de contacto con los animales era lo más alejado del equilibro y salud en los que deben vivir y relacionarse la condición humana.
Gracias a esta experiencia, pude confirmar la importancia de la esencialidad en el contacto con el animal y la trascendencia que tiene la vocación y el amor para criar seres vivos.
Hoy me siento afortunada, enormemente afortunada y agradecida de haber tenido esta experiencia.
Sin este comienzo, Santitisi no tendría la firmeza y el poderío de la convicción en la profunda
medida que lo tiene.
Santitisi debe a esa experiencia, no la identidad pero sí la fuerza y el poder de esa identidad.
6-¿Usted a criado otras razas o piensa en un futuro hacerlo?
No he criado más raza que el bichón maltés. No es mi propósito criar hoy otra raza que el maltés.
Desconozco, si en un futuro mi propia evolución personal o la evolución de los valores que nuestra sociedad necesite, me pidan la selección de un carácter y virtudes diferentes que los que concentra esta maravillosa raza.
Cualquier raza canina es fascinante, porque el perro es la especie, a la que yo concedo los valores de integridad, honestidad y lealtad más armoniosamente integrados que ninguna otra especie. He incluyo la especie humana.
Mi determinación por la crianza está en relación con mi propia evolución espiritual y la necesidad de dejarme seducir y acompañar por la naturaleza. Mi evolución como ser humano no tiene sentido fuera de la compañía del perro. Por lo tanto, es algo estable y enraizado.
Sin embargo, mi determinación por la raza está en relación con mi propia personalidad de optar y elegir para mi vida las virtudes filantrópicas, bondadosas y alegres de lo más puro del maltés como compañía vital en esa sociedad.
Desconozco cuál será mi necesidad personal en el futuro o la necesidad de la sociedad para que yo anhele darme y darle a ella unos valores u otros y, por lo tanto,criar una raza u otra.
7-¿Qué recomendación le haría a nuestros lectores que quisieran criar malteses?
La determinación de la crianza del matés contiene dos decisiones:
la voluntad de crianza y la opción por la raza. En cuanto a la crianza, entiendo que no ha de ser
nunca producto de un capricho, ni camino para el lucro.
La crianza es la fuerza de una vocación que parte del amor por la naturaleza y la necesidad de estar en contacto con ella. A la crianza, como a toda vocación, la persona ofrece su vida.
Primero, uno ofrece su vida al animal y a la raza después.
La persona tiene que necesitar, como el aire que respira ese contacto con el animal, con el instinto y con la naturaleza. Lo tiene que necesitar como parte de su propia evolución personal y espiritual. Si eso no está, la crianza no tiene sentido.
En cuanto a la opción por el maltés, la raza que la persona decida criar posteriormente no es
más que la carcasa. Como he dicho, lo profundo es el contacto vital y experimental con el ser
vivo natural con el que convive.
Hay personas que su sintonía es claramente más intensa y se proyecta fuertemente hacia una raza. Este ha sido mi caso. Si esa lucidez se evidencia con facilidad ¡¡perfecto!!. Es maravilloso.
Pero no hemos de olvidar que el amor al animal es lo primero, como ser vivo natural. La adoración a la especie, en este caso canina, lo segundo y, en último lugar, la atracción por la raza.Son estratos de profundidad, como las capas de un árbol.
Ninguna decisión es adecuada si se toma desde la capa más superficial. La decisión ha de estar anclada en la profundidad. En este caso que nos ocupa, enraizada en el amor a la naturaleza y a los animales.
Un amor lleno de sentido común y de inteligencia, que guía la propia evolución de la persona hacia la crianza.
El maltés es una opción por la alegría, por la simpatía, la bondad, y la filantropía.
Ese es su arquetipo. Hay que amar y necesitar, como el alimento que diariamente nos alimenta el arquetipo para criar la raza.
Un agradecimiento especial a Santitisi, por toda la ayuda recibida en nuestro gran proyecto de Excellence Dogs, ¡mucha suerte en tu camino Marisa